
Donación
El ofertorio es el fondo principal para los costes operativos de todos los aspectos del ministerio de nuestra iglesia, incluida la remuneración del personal, el mantenimiento de las instalaciones y los servicios públicos, los suministros para el culto y los recursos litúrgicos, los programas de extensión y comunitarios, los costes administrativos y operativos, y los ministerios de culto y música.
Nos sentimos realmente bendecidos por la concesión de esta hermosa iglesia nueva, un espacio sagrado donde podemos reunirnos y celebrar el culto juntos. Sin embargo, toda gran bendición conlleva una responsabilidad y, en este caso, se trata del compromiso financiero que nos espera. La construcción de nuestra nueva iglesia requirió un préstamo, y ahora es nuestro deber compartido apoyar los pagos mensuales del préstamo. Humildemente pedimos sus generosas contribuciones para asegurar que podamos cumplir con esta obligación financiera y continuar creciendo en nuestra fe.
Hacer un donativo al fondo de jubilación de sacerdotes es un acto de gratitud y apoyo que reconoce la vida de servicio dedicado que los sacerdotes han prestado a sus comunidades. Estas personas han dedicado sus vidas a la guía espiritual, ofreciendo consuelo, solaz y fomentando un sentido de pertenencia dentro de sus congregaciones. Al contribuir al fondo de jubilación, honramos su inquebrantable compromiso y garantizamos que puedan disfrutar de una merecida jubilación con dignidad y seguridad. Al igual que ellos han sido un pilar de apoyo para otros, ahora tenemos la oportunidad de estar a su lado en su momento de transición, demostrando nuestro aprecio por sus esfuerzos desinteresados y permitiéndoles seguir viviendo sus últimos años con comodidad y paz. Su contribución al Fondo de Jubilación de Sacerdotes mantiene el espíritu de compasión y solidaridad que está en el corazón de su vocación.